¿De verdad nada nos separará?

Lo que debo hacer es protegerte, lo que quiero hacer es cuidarte

cap.3
Saber


Esa mañana hacía mas frío de lo normal, pero a pesar que el viento soplara como nunca yo me dirigí al balcón, el viento me
despeinaba, hacía que mis cabellos se alborotaran y mi piel se erisara.

-Hikari... - esperé como un minuto

Que raro siempre que digo su nombre o pienso en ella siempre aparece enfrente mío de la nada. La empecé a buscar por toda la
habitación pensando de que se escondería de mí, pero no halle nada.

-¿De verdad se habrá enojado por eso?
-¿Nicolas?¿Qué pasa?
-¡Abuela!¿Qué haces aquí tan temprano?
-¿Cómo que hago aquí? si vido aquí
-No, me refiero ¿Porqué tan temprano?
-Disculpate con ella
-¿Eh?
-Con la chica que hiciste enojar

Un momento, ¿Cómo es que ella sabía que me había peleado con Hikari? y ¿Cómo sabía que estaba pensando en lo que pasó ayer?

-Pero ¿Cómo es que tú...?
-No fue muy difícil escuchar sus gritos desde mi habitación, aparte estuviste toda la noche diciendo Hikari,Hikari
-¿De verdad?-le juro que no me había dado cuenta
-¿No vas a ir a disculparte?
-Y ¿Cómo quieres que haga eso? ¿Acaso alguna vez te has disculpado con una mujer? Son muy complicadas, tampoco se que
decirle
-Ve a la florería, comprale un ramo de flores, luego, cómprale chocolates, después ve con ella y dile "lo siento" nada más
-¿Y si me pregunta del por que me disculpo?
-No lo va hacer
-¿Cómo lo sabes?
-Generalmente a las mujeres nos gusta saber que tenemos la razón, no creo que necesites explicación, eso sí, luce como si
de verdad estuvieras arrepentido

Mi abuela aveces parece un hombre mayor que te da consejos con las mujeres en todo tipo de ocaciones.

-¡A si! lo mejor después sería que estuvieras con ella por unas horas o todo el día así te perdona por completo,ya que si te
vas puede que quede una marca

Ven como se los dije.

-De acuerdo- dije forzando una sonrísa
-Otra cosa
-¿Qué?
-si no piensas volver esta noche , llama antes

Lo dijo en un tono lo bastante serio para ser sarcasmo y lo bastante sarcático para ser serio.

-¡QUÉ!
-Recuerda que siempre tienes que usar prevención
-¿¡Pero qué te pasa!? ¡Sabes que yo no soy de esos!¡Yo nunca le faltaría el respeto a una mujer!

Pero que le pasa a mi abuela, yo nunca le faltaría el respeto así a una mujer, jamás,menos si se trata de ella ya se lo he
dicho ella es como mi hermana menor. Aparte no soy como el idiota de mi padre, un sucio jugador.

Al llegar a la florería, había de todo tipo de flores, yo no se cuál le gusta a ella y para mi sorpresa, las únicas personas
que se encontraban ahí eran mujeres, mujeres que me miraban fijamente, cómo si nunca hubieran mirado a un hombre en su vida.

-Disculpe señor, ¿Lo puedo ayudar en algo?
-sí, necesito un ramo de flores
-eh... si de acuerdo, pero señor ¿cuál tipo de flores? Aquí hay de todo - las mujeres que escuchaban lo que decía, se
empezaron a reír despacio
-No lo sé ¿Qué me recomienda?
-¿No sabe que clase de flores le gusta a su novia?
-No, no tengo idea y no es mi novia
-Oh! perdón, ¿Para qué ocasión?
-Para pedir disculpas y decirle que fui un tonto y ella tenía absolutamente la razón
-oh...

Se escuchó un eco en todo el salón, todas las mujeres de la florería estaban conmovidas. ¡La abuela tenía razón! ¡A
las mujeres lo qué más les gusta es que parescamos sinceramente arrepentidos y admitir que ellas siempre tienen la razón!

-Que tierno
-Ya mi esposo no dice ni hace cosas así
-El mío tampoco

Esos eran algunos susurros que se repetían constantemente.

Salí de la florería, el ramo llevaba de toda clase de flores. Entré en una tienda para comprar el chocolate y también había
de toda variedad, no me decidía por los rellenos de manjar o el de chocolate blanco con trozos de chocolate puro, cuando en
eso mi celular empezó a sonar.


RICARDO MONTE REAL
HOTEL ROSHMORE HABITACIÓN 403
AHORA

Salí corriendo del lugar y me dirigía hacia el hotel. Las flores caían una por una del racimo mientras corría, no entendía
el por qué las traje conmigo y no le dije al señor de la tienda si me las podía guardar. Me dije a mi mismo al diablo y tiré
el racimo por cualquier lugar, si darme cuenta, cayó en los zapatos de un hombre que estaba caminando.

-Maldición ¿Por qué ahora? Sólo espero que esta vez ella no se entere por que lo empeoraría todo. Estúpido jefe, estúpido
trabajo, yo nisiquiera quero trabajar ahí.

Al llegar al hotel todo estaba perfecto, no había nadie en la calle, sería conveniente hacer un ataque defrente, pero de
todas maneras debo cubrirme el rostro con algo. Pero simplemente me puse mi capucha. Todo estaba listo, sólo tenía que
esperar a que salga del carro.

A los pocos minutos salío del carro una mujer muy hermosa, en sus 35 años, cojida de la mano con una niña pequeña de 5 años
aproximadamente y atrás de ellas estaba Ricardo Monte Real, la presa de hoy, se veía muy claro de que amaba a su esposa y a
su hija más que a nada, sentí algo en el estómago, era una sensación extraña, que me acuerdo que sentí hace muchos años.Pero
no me acordaba donde ni cuando. ¿Serán celos? ¿Envidia? No lo sé, simplemente no lo sé. Aún así, tenía que hacer mi trabajo.

Esperé a que la señora y la niña pasaran y sólo faltaba él. Apunté, listos, fue...

-¡Para!

Fuego. Fallé. No le di a mi víctima, si no, le di a una niña de hermoso pelo rubio,corto, piel blanca y ojos ambar, en el
hombro izquierdo, esta calló al suelo y alzó la mirada.

-Hi... ¿Hikari? ¡Hikari!
-Él...-intentaba decir algo- Él es un hombre bueno, aún tiene mucho tiempo de vida, o eso almenos es lo que me dijeron- En
su rostro de expresaba dolor, pero, aún así, trató de fingir una sorisa- No te preocupes por mí, te dije que tomaría nuevas
medidas, por más que sienta por primera vez dolor.
-Dolor...

Al alzar la mirada vi a aquel sujeto mirandome fijamente, felizmente yo estaba cubierto con mi capucha, él estaba en shock.
Apezar de que no se movía, yo no le disparé, desaproveché esa oportunidad por que tenía miedo de que ella se vuelva a
levantar y esta vez pueda ser letal. Miré hacia abajo y ella ya no estaba y él seguía sin moverse, sólo empecé a correr a
cualquier dirección.Perdido o sin perderme, ya no importaba, sólo quería salir de ahí.

Paré al llegar a un parque, en el cuál tiré un grito agobiante. Estaba más confundido que nunca. Empecé a sudar, me dolía el
pecho, la culpa me devoraba vivo.Pero. ¿¡Qué se supone que hacía ella ahí!? ¿¡Por qué demonios se tuvo que entrometer en
medio de mi trabajo!? ¡¿Quién demonios es ella?! ¡¿Qué demonios es ella?! ¿Qué es de mí? ¿Qué es para mí?

La confución, para mí, es el momento más suceptible para cualquier persona o ser.
En tanta confución no me dí cuenta de que alguien me estaba observando, todo el tiempo, ese alguien lo había visto todo y si
le faltaba comprobar algo, pues, ya lo había hecho.

En estos momentos no se si me arrepiento de no haber disparado, si lo hubiera hecho se que no estaría orgulloso,pero le
habría facilitado la vida a la persona , que ahora puedo decir, más importante para mí, a la que quiero más que nada en este
mundo.

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