¿De verdad nada nos separará?

My dear light cap. 4 (H)
Ahora me toca a mi
Las palabras que llegaron a mi corazón

Aquí estoy herida, pero no muerta, en estos momentos no se como me siento, sorprendida, asustada, molesta o hasta triste, yo nunca supe como diferenciarlas pues nunca las sentí antes, sólo veía cuando las demás personas actuaban con la expreción de cada una de ellas. Duele, el dolor de sacarte una bala imprecnada en tu cuerpo, sacártela tú misma con tus propias manos, ya que si no lo hago me curaré dejandola dentro de mí. No soy como los humanos, yo no me demoro en sanar lo que esta herida se demora en sanar para mí en 5 minutos para los humanos demorara un mes como máximo, lo que se demora en sanar una pierna fracturada: para los humanos hasta tres meses para mí 3 días, así soy, yo no puedo perder mi tiempo en lloriqueos y en el dolor.

En medio de toda esta oscuridad se escucha una pequeña melodía. Ahora que lo menciono, ustedes se preguntarán ¿Dónde está ella ahora? Pues no sé si lo entiendan, después de todo los humanos son de los de ver para creer, de todas la criaturas mágicas en el mundo los humanos sólo ven al 1%, son tan ignorantes que cada vez más obligan a las criaturas salir de sus viviendas en los bosques para obligarlos a parecer humanos y mesclarse entre ellos pero ellos ni siquiera se dan cuenta de ese daño que les hacen a los demonios, a las hadas, sirenas, los hombres lobos, hasta los vampiros que al parecer están de moda por tantas películas y series de T.V de ellos, pero existen varias criaturas más que aún no se conocen apesar de que todos estos son "sólo seres ficticios" ¿Ahora entienden a lo que me refieron con ignorantes? En fin creo que me fui de tema, ahora estoy en el lugar en donde nací, un lugar vacío y al mismo tiempo lleno de hermosos recuerdos, en donde las melodías son mil, en eso una sensación que nunca había sentido antes, una en la cual tus ojos no pueden parar hasta cerrarse por completo y no poder volver a abrirlos durante algún tiempo.

Una jalada, otra jalada y una más son necesarias para despertarme en ese instante, cuando me pregunte donde estaba me di cuenta que no estaba en el mismo lugar en el cual me dormí, unos hombres me tenían hagarrada de los brazos y no me dejaban ir, al mirar del frente me quedé atónita.

-¡Nícolas!- Él estaba también con unos mangansones en sus brazos sosteniendole firmemente, pero parecía como si le doliera algo
-Que alivio...- me dijo con una sonrísa forzada en el rostro- Pensé que te había hecho mucho daño y ... pensé que jamás volverías
-Nícolas...
-No quería despedirme sin arreglar las cosas
-¿Despedirte?

Se levantó, costandole mucho, pero se paró lo más raro es que los mangansones los dejaron si poblemas y me abrazó, tan dulcemente me abrazó sentía tanto calor en ese momento, nadie nunca me había abrazado, apesar de que no me dejaron corresponderle el abrazo, el ese mismo instante se desmayó y cayó al piso , a los pies de un anciano con una sonrísa diabolica que me ponía los nervios de punta. Cuando me miró directamente a los ojos, sentía una presencia familiar pero que en ese momento no me acordaba que era.

-Tu muñeca, niña - me dijo

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